Cómo evitar la ansiedad por separación en nuestros perros

Parece que se acerca poco a poco el momento de recuperar la normalidad en nuestros hogares después de esta tremenda crisis del COVID-19, y que progresivamente vamos a salir del confinamiento hasta llegar a retomar nuestros hábitos de vida fuera de casa.

Nuestros perros han vivido todo el proceso con nosotros, compartiendo prácticamente las 24 horas con la familia entera. En nuestro regreso a la “nueva normalidad” va a haber muchos cambios para los perros especialmente, pues siendo una especie muy social pasarán de una convivencia muy estrecha en la que fácilmente hayamos generado una relación de apego excesivo a tener que verse solos en casa de nuevo; La próxima situación que vamos a vivir y que requiere nuestra atención y también trabajo, es la ansiedad por separación de nuestros perros de compañía.

Ansiedad por separación

Perros – Sólo en casa de nuevo

La ansiedad por separación es la incapacidad del perro para quedarse solo en casa estando absolutamente tranquilo. Las consecuencias pueden ser lloros, aullidos, comportamientos destructivos, necesidades descontroladas… suele producirse porque una relación que debería ser de afecto se ha convertido en una relación de apego o hiper-apego. Éste último estado es el que vive un cachorro recién nacido durante los 20 primeros días de su existencia, donde separarse demasiadas horas de su madre podría llevarle a la muerte. Es con la aparición de los primeros dientes cuando las perras empiezan a necesitar algún descanso de los pequeños (por el daño que empiezan a hacer al mamar, entre otras cosas) y los anima a que exploren el entorno y vayan aprendiendo a ser autónomos, pasando de manera natural a ser una relación menos dependiente. Ese apego poco a poco se irá desvaneciendo hasta convertirse en una relación de afecto hacia su grupo social hacia los dos meses, en la que ya podría entrar su familia humana.

Este desvanecimiento natural y progresivo del híper-apego de supervivencia hasta convertirse en afecto es el modelo ideal que deberíamos intentar copiar si no queremos que nuestros compañeros de cuatro patas sufran en los próximos días al verse solos, y evitemos además sufrir nosotros las consecuencias desmedidas de su ansiedad.

Como es mejor prevenir que curar, recomendaría a todos los propietarios que hicieran un proceso progresivo de adaptación a la “nueva normalidad canina”, de manera parecida a nuestro proceso progresivo de desescalada. Y la recomendación cobra importancia especialmente para aquellos cuyos animales ya han vivido algún episodio de ansiedad por separación.

Os detallamos algunos consejo de cómo evitar la ansiedad por separación en nuestro perro.

Felicidad y seguridad canina

Felicidad y seguridad

Es esencial mantener unas rutinas con el perro, una agenda diaria que es siempre la misma y que se repite día tras día; los mismos horarios de paseo (y diría que hasta el mismo recorrido en ellos), de comidas y de descanso. De esa manera el animal aprenderá el programa y por tanto la gestión de sus emociones será mucho más fácil.

Una buena idea es restar energía con deporte o un buen paseo a un ritmo vivo, y comer al regresar a casa. De esa manera al cansancio del ejercicio le sumamos la somnolencia de la digestión, y podemos aprovecharlo para que descanse solo en su sitio, acostumbrándole a no estar siempre pendiente de nosotros.

Adaptarlo a un espacio donde además se sienta tranquilo, protegido y seguro en nuestra ausencia es la mejor de las ideas. Nos referimos a proveer al perro de un trasportín en el que, si lo hemos sabido positivizar convenientemente, se sentirá muy a gusto en nuestra ausencia. Tenemos días por delante para poder hacerlo, y progresar del hiper-apego al afecto de manera progresiva, como pasa en la naturaleza. La parte difícil de este procedimiento es la dificultad que muchos propietarios tienen para no verlo como un castigo y entender que, por ser una especie diferente, para los perros resulta armonioso tener un espacio propio.

Para ser honestos debemos mencionar que esta práctica no está exenta de polémica, pero se debe sobre todo a la mala praxis que hacen de ella algunos educadores no profesionales, con poca o ninguna formación adecuada.

Esperamos que esta información os resulte útil y como siempre os decimos, cualquier consulta que tengáis no dudéis en contactar con nosotros en nuestra guarderia canina en barcelona .

Perros felices

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