La castración canina no es la solución a un mal comportamiento
Hace ya mucho tiempo que siento la necesidad de escribir este artículo sobre la castración canina.
Creo que mis ya casi 30 años como profesional de la educación canina (vivo exclusivamente de y para el perro y su conducta, desde 1988) me ofrecen una buena perspectiva de las “tendencias” que imperan en el amplio marco de la relación con los perros y el trato que les dispensamos los profesionales que asistimos a sus dueños desde uno u otro campo.
Reconozco que afronto el desarrollo de este escrito desde el desconocimiento de la teoría; Si bien pasé diez años de la mano de quien fue mi maestro, es cierto que mi crecimiento como profesional ha sido puramente empírico: Además del contacto con compañeros de profesión y la propia intuición, cada perro y cada dueño me ha enseñado algo nuevo en el cómo manejarme con ellos (con ambos), aderezando todo ello con asistencia a seminarios, cursos y cursillos.
Me declaro completamente de acuerdo con la sentencia que afirma que la poca teoría de los técnicos nos da inseguridad, de igual manera que los académicos temen su propia falta de experiencia; He educado más de dos mil perros (y a sus propietarios) y creo poder decir que con buen resultado, pero considero que comparativamente son pocos los libros que he leído para adquirir mi experiencia.
Habiendo aclarado mis credenciales como observador del mundo canino, me gustaría ser portavoz de parte de los profesionales de la educación canina; Son muchos los colegas que participamos de la opinión de que estamos en una época de castración sistemática de los perros; coincidimos en que cada vez son más los animales que pasan por nuestras manos en los que una castración canina inadecuada ha sido ingrediente importante en sus desórdenes de comportamiento (cuando no la causa).
Todos sabemos que hay una base hormonal en el comportamiento muy importante, y que la esterilización consiste en “cerrar el grifo” de la segregación de muchas de esas hormonas. Pero esa acción no tiene siempre un patrón de resultados idéntico para todos los animales que la sufren, y así como para algunos puede ser muy beneficioso, para otros puede ser tremendamente perjudicial. Y algunas causas de que los resultados sean dispares las encontramos no en el individuo físicamente, si no en las causas que originan la decisión de intervenirle, cuando no en su entorno.
Por poner un ejemplo: Son muchos los perros que veo que se les ha castrado a la vista de un historial de mordeduras a personas, a la propia familia o a otros animales. Si la castración canina la ha sufrido un animal realmente fuerte (o “dominante”) con necesidad compulsiva de imponer su ley por la fuerza, probablemente extrayéndole las gónadas apacigüemos su “arrojo”; No en vano, si buscamos sinónimos de “castrar” en el diccionario encontraremos el verbo “apocar”…
Si por el contrario, el animal que mordía lo hacía por miedo o inseguridad, para defenderse de esas amenazas virtuales que sólo él veía en su entorno … de igual manera disminuirá su arrojo al castrarlo. O lo que es lo mismo, acrecentaremos su cobardía, y le empujaremos más a “defenderse” de todos sus miedos puesto que se siente más inseguro.
También he tenido una clienta con dos perros castrados; El mayor era un Border Collie que con casi tres años pasó de vivir en los apacibles borders escoceses (donde incluso trabajaba como perro de pastor) a instalarse a escasos cien metros de la Ronda de Dalt de Barcelona; el primer fin de semana en su nuevo domicilio hubo unas continuas tormentas con abundante aparato eléctrico; al recuperarlo cuatro días después de desaparecer, en estado de shock por el pánico vivido viéndose solo entre todo el tráfico y el público de esa zona de colegios en Barcelona, el veterinario dictaminó su castración “para que no volviera a escaparse”…
Lo más grave del asunto es que a la dueña le ofrecieron un descuento si castraban a los dos perros, que por supuesto no dudó en aceptar. El segundo animal era un springer spaniel ¡de apenas cuatro meses! ¡No tenía ningún problema de comportamiento! Los conflictos vinieron después, cuando en la pubertad el chucho empezó a morder a todos los de la familia (niños incluidos) de forma caprichosa desde el punto de vista humano; Y no eran marcajes, sino que eran mordiscos con consecuencias físicas serias para la víctima… A la vista del historial y con una observación estricta de su comportamiento, llegamos a la conclusión de que esa era la forma elegida para equilibrar el apocamiento en la que la su “cojera hormonal” le había sumido. Sus ataques no eran caprichosos en absoluto, sino que elegía muy bien la situación para asegurarse “la victoria” y así apuntalar la auto-confianza que le había sido robada…
No estoy en contra de la castración ni mucho menos; simplemente quiero denunciar que no es la panacea de todos los malos comportamientos. Un programa de educación canino (en nuestro centro de adiestramiento) al individuo y a su entorno es en la mayoría de los casos la solución adecuada contra los problemas de conducta (de hecho, debería ser la vacuna, pero la medicina preventiva es todavía incipiente en el campo del comportamiento en nuestro país); y si esta falla, y tras un estudio estricto de la situación y de los pros y contras, podemos plantearnos una castración.
Por añadir:
• Hoy en día son pocos los individuos dominantes (susceptibles de castración)
• Se castran por hiperactividad…
• Algunas para prevenir enfermedades: Más longevas, para disfrutar más años del bozal
• Abocarlos a comportamientos infantiles es exceso.
Adopte un perro y la castración venía implícita, ahora muerde sin “motivos es posible el cambio de conducta para que se sienta más seguro?? Soy de ciudad Real, me podrías indicar algún etologo al que acudir? Muchas gracias
Hola,
Es muy difícil definir si la castración es la causa o no de que tu perro tenga una conducta u otra, habría que conocerle y poder diagnosticar mejor el porqué.
Es muy buena idea que recurras a un adiestrador/etólogo, un profesional podrá darte la solución adecuada y marcarte qué pautas seguir para reconducir su conducta.
Desgraciadamente, desconocemos adiestradores por Ciudad Real, sentimos no poder ayudarte.
Quizás indicando por internet o con personas de tu zona que tienen perro, pueden hacerte alguna indicación o recomendación.
Esperamos que encuentres una buena solución, seguro que sí.
Un saludo cordial,
Laura
Hola, tengo un perro de 10 meses y lleva dos semana en las que sus hormonas se ha disparado y no para de intentar montar, nos estamos planteando la castracion pero es cierto que mi perro es inseguro ya que tuvo una mala socialización. Con las personas le cuesta mucho al principio, luego ya d conocerlas mejora mucho, pero si por la calle se cruza a alguien que nos habla le ladra,sobre todo a hombres. Con los perros antes era casi imposible, tenía mucho miedo, ahora mismo ya sabe estar cerca y jugar y si ve alguno no huye. Nunca ha intentado atacar a nadie ni a a ningún perro, pero me da miedo que si le castramos cambie todo eso y volvamos atrás o empeoremos. ¿Algún consejo/opinión ?
Hola Alba,
Desde nuestra opinión profesional, la decisión de una castración o no es muy personal y para poder aconsejarte es preciso poder conocer al perro y mantener una entrevista con vosotros.
Te recomendamos que nos llames y así explicarte cuál es nuestra propuesta de trabajo. Es muy probable que a través de una educación el comportamiento de tu perro cambie y consigamos que gane seguridad e incluso decidas no castrarlo debido a su cambio de conducta.
El teléfono de la escuela es el 934330650, llámanos sin compromiso.
Saludos muy cordiales,
Laura